Tradición y cultura científica en México

23 septiembre, 2021 · Redacción

Alejandro Raúl Hernández Montoya

Universidad Veracruzana.

alhernandez@uv.mx

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Las Universidades más antiguas del continente americano datan del siglo XVI y son la Universidad de Santo Domingo, la cual fue fundada en 1538, la de Lima (1551) y la de México, fundada en 1553. Sin embargo, ninguna de estas Universidades logró crear desde su origen una tradición científica debido a que  estaban controladas por la iglesia católica y se mantuvieron al margen del nacimiento de la ciencia moderna, como se le conoce hoy en día, la cual se basa en la experimentación para entender la naturaleza, y que fue iniciada por Galileo Galilei (1564-1642), quien sentó las bases para la primera gran revolución científica, la cual alcanzó su ápice con los trabajos del gran  Isaac Newton (1642-1727) al publicar su Principia Matemática en 1687. No hay que  olvidar que en la génesis de esta primera gran revolución científica participaron también los astrónomos  N. Copernico, J. Kepler and T. Brahe, junto con otros nombres ilustres que fueron iniciadores de la ciencia. También hay que recordar el hecho de que Galileo escapó de la hoguera de la inquisición por muy poco  y que Newton era protestante, por lo que sus trabajos quedaban incluidos en la lista de libros prohibidos por la iglesia católica y, por lo tanto, no se pudieron leer o consultar libremente  en la entonces América española, por poco más de  un par de siglos despúes de la publicación de sus primeros  trabajos en matemáticas. donde sentó las bases del cálculo diferencial (1664) y culminó con su “Philosophiae naturalis principia mathematica”, antes citada y conocida universalmente sólo como “Principia Mathematica”, trabajo  publicado en latín en 1687, es su trabajo más famoso y que sentó las bases de la ciencia moderna.

En nuestro país, y después de su independencia, no nos pudimos sacudir esta inercia anti-ilustración. Para darnos una idea de lo alejado que se encuentra aún México de tener una tradición científica sólida (con algunas raras excepciones como en astronomía), hay que recordar que el primer programa de licenciatura en física en México, inició en la UNAM en los años 1940’s y el primer programa de posgrado en Física, inició también en la UNAM en los 1950’s; es decir, hace menos de 80 años. Estos programas se establecieron casi un siglo y medio después de lograrse la independencia de España.

Esta falta de tradición científica es una de las causas que no nos han permitido crear los mecanismos que nos lleven a vivir en una sociedad tecnológica/científica  que cuente con una inversión suficiente y sistemática en educación e investigación científica, tanto pública como privada, así como  la construcción de una sociedad más desarrollada tanto cultural como económicamente. Esto se puede ver en que desde su aprobación, nunca se ha cumplido con lo que establece nuestra ley de Ciencia y Tecnología, en relación a que el mínimo de inversión  estatal en ciencia y tecnología, debe de ser de 1% de nuestro producto interno bruto, lo cual es poco menos de la tercera parte de lo que invierten en promedio  los países de la OCDE, organización a la que pertenece nuestro país. En los mejores años, en México se ha alcanzado un máximo de inversión de aproximadamente la mitad del  porcentaje marcado por la ley;  esto a diferencia de lo que ha sucedido en los paises desarrollados, que ni en las peores épocas de su economía han sacrificado este tipo de inversión. Más aún, grandes empresas tales como IBM, AT&T, Intel, Tesla, Amazon, Microsoft, etc, también invierten grandes recursos en ciencia básica y aplicada. ¿Por qué se da este gran apoyo a la ciencia básica en los países desarrollados? Por dos razones. La primera es que las sociedades de estos países, a diferencia de la de nosotros  están sumergidas en una cultura científica, con una tradición de más de 500 años, y donde se respeta el conocimiento científico per se como una realización del más alto nivel de la humanidad. La segunda razón es que desde el punto de vista económico, la experiencia les ha demostrado que invertir en ciencia básica  es un buen negocio y paga muy altos dividendos económicos, tal como lo demuestra el impresionante desarrollo económico, científico y cultural recientemente alcanzado por paises que hace pocos años eran incluso más pobres y atrasados que nuestro país, entre los que se encuentran  bien conocidos ejemplos de Corea del Sur, Singapur, China, etc.

En nuestra opinión, una de las estrategias preliminares que debemos desarrollar  para  convertirnos en una sociedad tecnológica, consta de dos pasos iniciales: el primero consiste en mejorar el nivel, el rigor y la preparación de profesores y alumnos de todos los niveles educativos en las materias de física,  matemáticas y computación; el segundo, en  aumentar mediante incentivos adecuados la matrícula de los alumnos que estudian carreras científicas, particularmente física, matemáticas, computación, inteligencia artificial   y todas las ramas de la ingeniería.

Lo que estamos haciendo actualmente en la Universidad Veracruzana es el tratar de fortalecer la cultura científica en nuestro país y estado, a fin de que un estado con la importancia estratégica de Veracruz cuente con una masa crítica de gente bien educada en ciencias, que detone el desarrollo científico y tecnológico en el estado de Veracruz. Es importante la elaboración de una política integral de fomento para la ciencia y tecnología en nuestro estado, que impulse tanto la tecnología como la ciencia básica en Veracruz, así como la creación y establecimiento de empresas de todo tipo, en particular, tecnológicas. Esto es importante porque, aún suponiendo que en Veracruz, en particular, y en México, en general, tuviéramos recursos ilimitados para impulsar la ciencia y la tecnología, estos no serían eficientemente aplicados si no se cuenta con una base suficientemente numerosa de gente con rigurosa preparación en Ciencia y Tecnología, La creación de estos recursos humanos altamente entrenados en ciencias e ingenierías, que puedan incidir en nuestra problemática estatal y nacional tanto en el mundo académico como industrial o tecnológico, es el primer paso hacia la creación de una cultura y tradición científica en nuestro estado y en nuestro país.